En
los últimos años se ha producido un aumento en el uso de las nuevas
tecnologías de la información y la comunicación, TIC. En el caso
de internet ha pasado de ser un instrumento para uso exclusivo
científicos y académicos a ser utilizado por la población en
general, especialmente por los jóvenes de nuestro entorno (Estévez
& al., 2009; Gallagher, 2005; Holtz y Appel, 2011;
Labrador y Villadangos, 2009). Estudios realizados recientemente
muestran que el 90% de los adolescentes usan el internet con fines de
comunicación online(García & al.,2013; Gross & al., 2002;
Valkenburg & Peter, 2007;Van-der-Aa & al., 2009). Con el
rápido avance de las TIC, al igual que su uso a nivel familiar, de
adultos y adolescentes ha surgido una brecha digital. (Aftab,2005;
Echeburúa & al.,
2009;
Sureda & al., 2010;Thurlow & McKay, 2003).
Cada
vez más las personas adultas tienen conocimientos más arcaicos
sobre las nuevas tecnologías, al contrario que sus descendencias que
se muestran muy astutas ante esta dimensión sociocultural, como
consecuencia, algunos padres ven como sus hijos viven circunstancias
diferentes a las suyas del pasado. Les cuesta entender que en lugar
de jugar y quedar con sus amigos en la calle o en el parque, se
encuentren con ellos a través de un espacio virtual como es el
messenger(Echeburúa & al., 2009). por ello, esta preocupación
no siempre está justificada, en la mayor parte de los casos proviee
del desconocimiento. Los signos de alarma deben saltar cuando el
adolescente descuida las tareas escolares y desciende el rendimiento
académico, cuando reacciona con irritación si se le interrumpe o se
le imponen limitaciones horarias al uso del ordenador, cuando abandona
aficiones o actividades de tiempo libre para pasar más horas frente
al ordenador, o cuando los encuentros con los amigos se hacen cada
vez menos
frecuentes e incluso llegan a abandonar a sus amistades reales para
pasar más tiempo frente al ordenador conectados con las amistades
virtuales (Becoña, 2006; Echeburúa & Requesens, 2012; Garcíadel
Castillo & al., 2008; Mayorgas, 2009; Milani & al., 2009;
Van-der-Aa & al., 2009). Por ello, es fundamental tener criterios
claros sobre el uso adecuado del ordenador, así como de los
indicadores del mal uso del mismo.
Algunos
estudios de ONG indican datos preocupantes sobre el uso excesivo de
las nuevas tecnologías. También
existen diferencias visibles en el uso de internet entre chicos y
chicas, mientras que los chicos acceden a páginas de videojuegos
las chicas entran en páginas de comunicación online. Sin embargo,
estudios recientes señalan que le xcesivo uso de internet empeora
las relaciones sociales y familiares, además repercuten en el
rendimiento académico.
Con
este estudio se pretende determinar si existe un perfil diferencial
en función del sexo, comparando los resultados obtenidos por chicos
y chicas en todas las variables estudiadas. Asimismo, se pretende
detectar la existencia de conductas de riesgo entre los sujetos de la
muestra. Estos datos permitirán evaluar la existencia o no de un
problema real, así como la necesidad de implementar programas
específicos de prevención.